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Opinión

El capital solidario

Alcides Castagno

Por Alcides Castagno

Fue sencillo conversar con Marcelo Modenesi, un empresario rafaelino preparado siempre para los temas que se le propongan, aun dirigiendo una empresa que tiene compromisos trascendentes en grandes obras de infraestructura nacional y del exterior. Finalizada una reunión con sus cuadros directivos, resume: "Este pudo ser un año extraordinario para nosotros en resultados, pero las permanentes complicaciones en la importación y pagos al exterior de estos últimos dos años nos harán sentir contentos si logramos salir derechos". A pesar del golpe macroeconómico, no deja de pensar en un asociativismo solidario cuyos resultados sean visibles, concretos e inmediatos. Cita al CEO del grupo Techint, quien, en el reciente seminario Propymes, manifestó con respecto a una mirada solidaria de las empresas que la integran: "…pueden contribuir muchísimo a contener las comunidades en las que estamos. El contenido de las sociedades va a ser un tema esencial para el éxito de un reset y de un reordenamiento de país que pueda dedicarse a la actividad productiva", invitando de esa manera a intervenir en el desarrollo de igualdad de oportunidades.

Los Qué y los Cómo

"¿Cómo hacerlo? -reflexiona Marcelo en voz alta- ya que todos estamos de acuerdo en el enunciado, en el QUÉ, pero el CÓMO es un desafío importante para lograr resultados eficientes. Hay un papel que le toca desempeñar al sector público en parte, pero también -y más- al sector privado. En el Centro Comercial habíamos impulsado una idea de acción, IncluiRSE, que estaba formada por un fideicomiso, una cuenta bancaria, un grupo de técnicos sociales ad honorem, capaces de llegar a las instituciones, informarse sobre sus proyectos y contribuir a su realización, ofreciendo asesoramiento, capacitación, estructura legal y contable para que puedan emprender cosas nuevas en un marco formal. En el caso de capacitaciones laborales, individuales y colectivas, para desarrollar nuevos mini emprendimientos, también proyectos sociales deportivos, como por ejemplo uno que se hizo en Peñarol, el piso parquet de una cancha de básquet, con la contrapartida de compartirla con chicos de otros barrios sin posibilidades de acceder a una obra de esa característica. Dentro del Centro Comercial, la idea no terminó de despegar, porque al aporte voluntario de los proyectos se agregaba la cuota societaria, y entraban en competencia".

Sobre la base del intento institucional que no fructificó, cuatro empresas se asociaron para tratar de constituirse en puente con alrededor de 350 entidades de bien público de la ciudad, a fin de intervenir para conseguir objetivos de ayuda y asistencia. Estas cuatro empresas, agrupadas en "Incluirnos" y otras que se sumen, no tienen el objetivo de ir a preguntar a cada una de las entidades intermedias qué necesitan; esa es tarea de reparticiones específicas del Estado, su trabajo será recibir pedidos concretos que se analizarán para llegar a su realización. Hay una cuenta abierta en el Banco Credicoop, hay cuatro empresas que pagan los gastos organizativos de "Incluirnos" con una cuota mensual desde hace más de un año, y hay un equipo de personas que difunden la idea y que se ocupan de relacionarse y hacer transparente el recorrido de las ayudas. En estos días se agregó una empresa más, ahora son cinco, que se pueden encontrar en Instagram: "Incluirnos-rafaela".

En comunidad

"El dilema -continúa Modenesi- es convencer a las empresas de que es necesario asociarse y aportar para que los proyectos puedan realizarse. El mundo empresario suele ser individualista, procurando la propia subsistencia y crecimiento, especialmente en tiempos críticos, pero también es cierto que, en cuanto ve la necesidad de unirse para logros en común, se adhiere y aporta dinero e ideas. El sistema debe ser rápido, eficaz y transparente para que sea efectivo".

"La idea -sigue diciendo Modenesi- es trabajar en obras comunitarias, capacitación en oficios y últimamente se nos ocurrió implementar un Trailer, una especie de escuela móvil, con una unidad motriz que se traslade a distintos barrios para concretar esas capacitaciones. Si podemos, queremos llegar a un cero kilómetro debidamente adecuado para el fin propuesto. Es una idea. Hay otras, pero vamos priorizando las posibles. Por lo pronto, hay conciencia de que hace falta invertir en lo social; es cada vez más necesario; si todos ponemos un granito de arena, podremos demostrar que, en Rafaela, además de una enorme capacidad de trabajo y de iniciativas, también es posible dar el ejemplo de unirse para multiplicar".

"Incluirnos quiere promover una mirada más amplia de lo que sucede a nuestro alrededor, además de atender lo que ocurre puertas adentro. Queremos que todo sea visible y concreto, para que nadie tenga dudas del destino que se le da al dinero aportado, poco o mucho. Allí ponemos el énfasis, con seriedad y respaldo".

Marcelo Modenesi habla con entusiasmo y convicción, en nombre del grupo que representa. Tiene a su hija mayor y a su hijo menor trabajando en la empresa; y a la segunda hija trabajando con una beca en España. Su inquietud es que los jóvenes capacitados piensen en quedarse para producir entre nosotros y no que haya que ir a visitarlos a países lejanos donde les den condiciones mejores. En un retrato a su espalda, la figura de su padre Victorio recuerda el ejemplo de trabajo y sacrificio para que esta sociedad sea mejor, individual y colectivamente.

La asociación entre personas se da en Rafaela desde sus orígenes con particular intensidad; un grupo de empresarios está tratando que ese mismo concepto se asocie, para lograr capitales solidarios.

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