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Región

Los libreros atalivences que marcaron una época en el pueblo

"Tito" Abriatta y su esposa Mirta, dos personas que dedicaron gran parte de su vida a atender un "quiosco" muy especial.
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"Tito" y Mirta, una historia de vida.

"Yo era muy chico cuando se abrieron las puertas de ese quiosco. En realidad, se le llamó quiosco, pero desde el principio siempre fue una librería, con más cuadernos, lapiceras y cartulinas que chicles y caramelos.

Para ellos, dejar una vida entera llena de sacrificios en el campo no fue nada fácil, pero la idea de vivir más tranquilos hizo que, de un día para otro, aparecieran detrás de un mostrador atendiendo gente y actualizando precios.

Siempre recuerdo lo poco que sabían del rubro en aquel entonces. Hasta el día de hoy me sonrío cuando agarraron por primera vez un papel satinado y preguntaron '¿para qué servía?'

Con el correr de los años, se fueron familiarizando poco a poco con los nuevos términos. La llegada permanente de estudiantes hizo que fueran ganando amistades que, hasta el día de hoy, se mantienen vigentes.

'¿Cómo andan el 'Tito' y la Mirta?' Es una pregunta recurrente que me hacen hasta el día de hoy todos aquellos que en algún momento visitaron el lugar, y que va de la mano de la calidez y la buena madera que siempre tuvieron, tratando a todos por igual con el mismo cariño.

Hoy toca cerrar otra página en sus vidas, al igual que cuando dejaron las tareas de campo. Vendrán otros tiempos, pero siempre acompañando y dando una mano, algo que los caracterizó durante toda su vida.

Abrazamos a los que llegan y les deseamos lo mejor, pero también les recomendamos que, cuando no sepan algo, no duden en preguntar, porque seguramente sabrán qué decir para dar una buena respuesta. Que este nuevo capítulo esté lleno de éxitos y nuevas experiencias, y que la sabiduría y la amabilidad que los caracterizan sigan siendo su guía en cada paso del camino".

Estas son las palabras que escribió uno de los 6 nietos que tiene esta pareja de abuelos en la localidad de Ataliva, que después de 27 años tuvieron que entregar las llaves de una librería muy especial, ubicada exactamente al frente del Colegio "Idesa" de la localidad de Ataliva.

Como bien lo marca el relato, "Tito" Abriatta (87) y su mujer Mirta (80), dejaron una vida entera en el campo para pasar a vivir al pueblo, allá por el año 1997. Tres años antes, la idea de abrir un local comercial, para ocupar sus días y emprender un nuevo negocio. Como el inmueble iba a estar frente a una escuela secundaria, el rubro librería fue una gran opción.

"Decidimos poner una librería y un quiosco frente a la escuela para tener la mayor cantidad de ventas posibles. Agradezco enormemente a mis hijos, Norma y Daniel, porque fueron ellos, junto a sus parejas, Sergio y Marisa, quienes hicieron todo para que nosotros podamos atenderlo", explica "Tito" en una nota radial, el día después del traspaso.

Una linda anécdota

Marisa, la nuera de don "Tito", le sugirió invertir en una fotocopiadora, pues con tantos chicos y docentes a la vuelta, iban a tener mucha demanda de trabajo. "Ella nos dijo que la compremos, pero no sabía lo que era. Se me rieron todos", dijo entre risas el dueño de la librería.

Hay que marcar que esta pareja se crió en el campo y dedicaron su vida entera a criar vacas y hacer el tambo. Oriundos de familias muy precarias y signadas por el trabajo, venirse al pueblo era tomado "como un logro", como un cambio rotundo de vida que abriría las puertas a nuevas cosas y también, la llegada de la tecnología.

Lo mismo pasó con el papel satinado, como marca el relato y tantas otras cosas más. "A nosotros nos gustaba charlar con la gente; conocer de donde eran y a qué se dedicaban, saber cómo les iba en la escuela. Extrañamos mucho eso", dijo Mirta cuando le consultaron sobre el día a día, recordando todas las jornadas de trabajo.

El posteo en las redes tuvo una repercusión enorme en el pueblo y todos los vecinos se acordaron de ellos y contaron alguna anécdota en los comentarios. Incluso la de exalumnos del Colegio "Idesa", que los recuerdan con mucho cariño.

"Siempre que nos encontramos con algún ex alumno sentimos una alegría enorme, más que nada porque se siguen acordando de nosotros. Eso es impagable para nosotros", cerraron "Tito" y Mirta.

Hoy los abuelos van a acompañar a los nuevos dueños, ya se asesorando en alguna compra o simplemente cebando un mate, para estar cerca de una profesión que les trajo tantas alegrías y que formó parte de sus vidas, marcando simplemente un antes y un después en este rubro.

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